¿Has pensado alguna vez que la vida pone a las personas en tu vida en el momento perfecto con un propósito específico? Yo creo que la vida hizo que un viejo amigo volviera a mi vida para empujarme a convertirme en au pair. Como él ya había formado parte del programa, me sugirió que presentara mi solicitud y así hice.
¿Que si tenía miedo? Estaba aterrorizada. Pero encontré el valor… y me dispuse a descubrir una nueva forma de vida, además de una nueva versión de mí misma. Uno de mis más grandes temores era la idea de no adaptarme. Temía que las personas me juzgaran basadas en estereotipos. Por ello me dispuse a cambiar las perspectivas de las personas. Comencé con mi niño anfitrión.
Ser au pair es algo extraordinario porque puedes influir en los niños. Yo pensaba que si podía convencer a un niño deEstados Unidos de que las personas de otras culturas, países y con otras creencias también pueden ser geniales, podría cambiar el mundo, porque en algunos años ese niño crecerá, tendrá su propia familia y criará a sus hijos con la idea de tolerancia, amor y aceptación. Para ese entonces, el mundo será un lugar mejor, diferente.
Por este y por muchos otros motivos, ser au pair cambió completamente mi vida. Pude derribar las barreras entre culturas. Pude ir tras mi pasión por el arte asistiendo a clases en un instituto estadounidense. Me convertí en una persona más fuerte, más sabia, más cariñosa y más agradecida. Me considero una persona afortunada por haber disfrutado de la vida como au pair en Estados Unidos, y sé que esta experiencia me servirá para seguir creciendo.