Es sabido que los niños aprenden de aquellos con quienes pasan tiempo y valoran. Por lo tanto, pasar hasta 45 horas a la semana con tus niños anfitriones significa que eres un gran ejemplo a seguir en sus vidas. Tus niños anfitriones te buscan para que los guíes y les brindes seguridad, por lo que es importante que les des un buen ejemplo en todo momento. Dicho esto, si tus niños anfitriones sienten que tú no estás disfrutando del tiempo que pasan juntos, también empezarán a percibir de forma negativa el tiempo que comparten. Para ser la mejor au pair que puedas ser, no sólo los niños deben divertirse, ¡también debes divertirte tú! Debes amar las actividades que haces. Así que aquí van algunos consejos para que tus horas de trabajo sean lo más divertidas posible, tanto para ti como para tus niños anfitriones…
1. Haz un plan
Empezar una jornada laboral de 10 horas sin ningún plan respecto de lo que vas a hacer hará que el tiempo se detenga, por eso es imprescindible que dediques algo de tiempo a la preparación. Habla con tus padres anfitriones sobre las cosas que deben ser realizadas durante el día y trabaja en torno a ellas. A partir de ahí, echa un vistazo a los eventos locales apropiados para la edad, usa Pinterest para pensar ideas, el arte y las manualidades, habla con las au pairs en tu área y en las redes sociales y encuentra actividades para que todos -incluido tú- estén felices. Pasar 30 minutos planificando qué harás el día siguiente hará que tu día sea más tranquilo y mucho más agradable para todos.
2. Desarrolla un programa
Todo el mundo disfruta sabiendo lo que hace y cuándo suceden las cosas. Por eso, si tus padres anfitriones no te indican un programa a seguir mientras estás trabajando, crea uno tú mismo. Si tus niños anfitriones tienen una edad en la que pueden seguir sus propios horarios, esto también les ayudará a tener cierta responsabilidad con respecto a su tiempo y sabrán qué se espera de ellos y en qué momento. Primero anota todas las cosas esenciales: las actividades y clases específicas a las que deben asistir tus niños anfitriones, los horarios de comidas y momentos de descanso, etc. También pon límites de tiempo a todas las cosas divertidas: artes y manualidades, jugar afuera, disfrazarse, reuniones o citas de juego. No hay problema si estas cosas llevan más o menos tiempo del planificado, lo que sí es beneficioso para todos es saber que una actividad no va a continuar indefinidamente.
3. Planifica actividades que disfrutes
Tu familia anfitriona tuvo la opción de elegir a miles de au pairs, pero te eligieron a ti. ¿Por qué te eligieron? Probablemente haya sido porque durante el proceso de matching demostraste cualidades e intereses a los cuales les gustaría exponer a sus hijos. Por lo tanto, no siempre debes dejar que tus niños anfitriones tomen el control de lo que quieren hacer, también debes introducirles en el mundo de tus pasiones. Sea que ames los deportes, socializar, hornear, leer o cualquier otra cosa, asegúrate de adaptar la actividad para que sea apropiada para la edad de los niños anfitriones, y de hacer algo que amas. ¡Quizás ellos también encuentren un nuevo pasatiempo!
4. Alcanza objetivos
Como au pair, puedes sentir alegría cuando ves triunfar a tus niños anfitriones o cuando ves la mejor versión de ellos mismos. Conversa con tus padres anfitriones sobre las tareas que a ellos les gustaría que sus hijos realicen en las próximas semanas o meses y encuentra actividades para ayudar a tus niños anfitriones a desarrollar estas habilidades de una manera divertida. Sea que se estén vistiendo solos, tendiendo sus camas, limpiando la mesa, lavando su ropa o cualquier otra habilidad, si haces que esa actividad sea placentera, tus niños anfitriones se sentirán comprometidos y crecerán. Dicho esto, también es bueno mostrar algo de iniciativa: pasas mucho tiempo con tus niños anfitriones y puedes ver de qué son verdaderamente capaces. Ayudar a tus niños anfitriones a desarrollar una habilidad nueva para la vida (con la que además puedan sorprender a sus padres) también es gratificante y algo por lo que tus padres anfitriones estarán agradecidos de que hayas pasado un tiempo enseñando.
5. Sal de la casa
Intenta, cada vez que sea posible, sacar a todos de la casa. No importa si es un día cálido o está nevando, vístanse apropiadamente y salgan al exterior. El aire fresco hace maravillas por el bienestar de tus niños anfitriones y tu propia salud mental: ayudará a darle proporción a las tensiones internas. Además, ver cosas diferentes puede ser una gran forma de tener conversaciones nuevas, distintas a las que pareces repetir cuando miras las mismas cuatro paredes durante horas. Algunos días puede ser una búsqueda del tesoro o una actividad del tipo espionaje. Otros días, puede ser un paseo a la biblioteca o a la tienda de mascotas. Sea lo que sea, les dará a ti y a los niños la oportunidad de respirar profundamente y recargar energías en un entorno diferente, haciendo que las cosas parezcan más controlables.
6. Promueve el juego independiente
Diez horas hacen un turno largo y, a veces, tus niños anfitriones y tú necesitarán un descanso uno del otro. Esto no significa que puedas alejarte, sino que más bien ayudarás a tus niños anfitriones a desarrollar las habilidades necesarias para que puedan encargarse ellos mismos y tú puedas apartarte y disfrutar viendo cómo descubren cosas por sí solos. Para los niños puede ser un desafío sentirse cómodos jugando solos, por lo que la cuestión puede tomar un tiempo, pero ayudarlos a empezar antes de apartarte de la acción por un momento y luego volver a integrarte al juego es una gran forma de enseñarles que no necesitan depender de ti todo el día. Además, les brinda a todos el descanso que necesitan.
7. El aburrimiento enciende la creatividad
Has llegado a la hora 42 de la semana y has agotado todos los juegos y actividades planificadas. Tu programa ha sido ejecutado más rápido de lo planeado y tus niños anfitriones se quejan porque están aburridos. ¿Qué haces? Primero, respira, estás haciendo un trabajo maravilloso. Luego, ¡abraza el aburrimiento! Muchos estudios (incluido uno llevado a cabo en la Universidad Estatal de Pensilvania) han descubierto que las personas que experimentan períodos de aburrimiento se desempeñan mejor en las pruebas de creatividad que las que no lo hacen. En esos momentos más tranquilos, escucha a tus niños anfitriones e interactúa con ellos. Sugiere algunas actividades y está abierto a sus ideas. Busquen actividades en línea juntos, o simplemente bríndales recursos para que puedan divertirse y hacer lo que quieran. Obviamente, necesitas asegurarte de que las actividades sean seguras y no dañarán nada. Sin embargo, debes permitir a tus niños anfitriones comportarse un poco raros, que utilicen las cosas de una forma distinta de aquella para las que fueron hechas y que sean creativos. Muchas veces, estas actividades que surgen en el momento y son impulsadas por los niños se convierten en recuerdos divertidos que recordarás cuando el tiempo compartido llegue a su fin.
No intentes ser un superhéroe. Si tienes dificultades y necesitas asistencia, comunícate con las redes de asistencia más cercanas, pero asegúrate también de dar todo de ti. Prepárate y planifica el tiempo que pasas con tus niños anfitriones de la mejor manera posible. Asegúrate de equilibrar tu programa con los períodos de tiempo dentro y fuera; el tiempo de juego con tus niños anfitriones y el tiempo para que ellos descubran el mundo de forma independiente; el tiempo que pasarán haciendo lo que ellos quieran y el tiempo en el que les presentarás tus favoritos. Tomará algo de trabajo, pero cuando encuentres el equilibrio adecuado, el tiempo que pases con tus niños anfitriones se convertirá en el mejor momento de la semana.